Flujo de
energía en los ecosistemas y la cadena alimenticia
La energía en los ecosistemas se mueve a través de la
cadena trófica o alimentaria, que es el proceso en el que los organismos se
alimentan entre sí. La energía entra a las comunidades a través de las especies
vegetales conocidas como organismos productores o fotoautótrofos que son los
que llevan a cabo la fotosíntesis.
Gracias a la energía del Sol y nutrientes inorgánicos, las
plantas sintetizan azúcares, almidones, proteínas, ácidos nucleicos y
todas las otras moléculas biológicas que necesitan para sostener la vida.
Durante la fotosíntesis, las plantas liberan el oxígeno que la mayoría de los
organismos requieren para las reacciones que generan ATP. Por ende, los
fotosintetizadores sirven como un conducto tanto de energía como de nutrientes
hacia las comunidades ecológicas.
Los organismos fotosintéticos que mencionamos al principio,
forman el primer nivel trófico y directa o indirectamente producen alimento
para casi toda otra forma de vida. Los organismos que no pueden fotosintetizar,
llamados consumidores o heterótrofos, deben adquirir energía y la mayoría de
sus nutrientes a partir de las moléculas que comprenden los cuerpos de otros
organismos. Los consumidores ocupan varios niveles tróficos.
Algunos consumidores, llamados consumidores primarios, se
alimentan directa y exclusivamente de los productores, la fuente de energía
viviente más abundante en cualquier ecosistema. Estos herbívoros, que incluyen
animales como saltamontes, ratones y cebras, forman el segundo nivel trófico.
Los carnívoros se alimentan de carne, estos son arañas, gatos, leones y osos.
Los carnívoros actúan como consumidores secundarios cuando sus presas son
herbívoros. Algunos carnívoros comen ocasionalmente otros carnívoros; a estos
se les llaman consumidores terciarios.