Ecosistemas acuáticos y de transición tierra-agua
Ecosistemas acuáticos
La clasificación de los ecosistemas acuáticos se basa en
las características del ambiente físico, por ejemplo, la salinidad del agua.
Por esto, los ecosistemas acuáticos entran en dos categorías: de agua dulce o
de agua salada.
Los ecosistemas de agua salada (o marinos) incluyen dos
grandes categorías: sistemas costeros y de aguas abiertas.
Los ecosistemas de agua dulce se clasifican en función de
la profundidad y la corriente del agua. Las aguas corrientes o ecosistemas
lóticos, incluyen ríos y arroyos.
Las aguas quietas o ecosistemas lénticos, incluyen
estanques y lagos.
Ecosistemas de transición tierra-agua
Donde los ecosistemas terrestres se encuentran con los
acuáticos, hay una zona de transición que da lugar a una gran variedad de
ecosistemas. En los ambientes costeros, se da la transición entre los ambientes
terrestres y marinos. Estos se clasifican según su geología y el sustrato, por
ejemplo, las costas rocosas o las playas de arena son ambientes altamente
dinámicos y sujetos a cambios continuos y, a menudo, extremos. Asociados a los
ambientes de estuarios o en regiones protegidas de las dunas costeras, encontramos
manglares, humedales y deltas.
Estos ecosistemas son extremadamente productivos y albergan
una gran variedad de especies adaptadas a condiciones cambiantes. Además,
desempeñan un papel clave en la protección de las costas contra las
inundaciones, la filtración de contaminantes y la conservación de la
biodiversidad.